Ponemos en marcha la campaña de captación de fondos para hacer frente a la COVID-19
Las entidades de atención a personas con discapacidad intelectual grave con necesidad de acompañamiento permanente ven multiplicados los gastos debido a la COVID-19. Esto supone una necesidad de liquidez inminente para la compra extraordinaria de material, para la desinfección de las instalaciones y para el pago del personal complementario a las bajas por confinamiento.
Durante el curso, la Fundación Aspasim atiende a alrededor de 284 personas con discapacidad intelectual severa en escuelas, talleres y hogares. De estas, 70 están viviendo en 10 hogares residencia en diferentes barrios de Barcelona. Algunas de ellas tuteladas por la Generalitat y diversas entidades. Se trata de pisos con un apoyo permanente de profesionales de la atención social que conviven diariamente con las personas con discapacidad, velando por su cuidado y promoviendo su autonomía y su participación en la comunidad.
Desde la declaración del Decreto de estado de alarma, han cesado las actividades en escuelas y talleres, y todos los profesionales de Aspasim que no son población de riesgo se han dedicado a cubrir turnos en los hogares, donde se trabaja para mantener la estabilidad clínica de personas en confinamiento con discapacidad intelectual grave, trastornos de conducta, trastornos del espectro del autismo, etc. Una tarea tan bonita como compleja.
Las medidas de distanciamiento social han hecho necesaria la compra de mascarillas y de alcoholes y geles desinfectantes. Además, hasta el momento, tres personas en tres hogares diferentes han sido diagnosticadas de COVID-19, lo que ha supuesto su hospitalización y acompañamiento por profesionales especializados, la desinfección de los hogares donde vivían, la rotación de aproximadamente 30 profesionales —con los que habían estado en contacto—, la incorporación de equipos de protección individual (EPI) y el aislamiento preventivo de otros compañeros con síntomas de coronavirus… Además, ha conllevado una tarea ingente de coordinación y apoyo emocional, dado que las personas que realizan atención social también tienen sus familiares a cargo.
Ante esta situación, la Fundación Aspasim ha pedido el apoyo económico de las familias vinculadas a la entidad y está trabajando para que la Administración pública se haga cargo de tantos gastos como sea posible, aunque las aportaciones de información, material y recursos son hasta ahora insuficientes.
Así pues, es necesario un apoyo extraordinario para que la Fundación Aspasim, como tantas otras entidades del mundo social, pueda hacer frente a la situación de crisis sanitaria y la consiguiente emergencia social que estamos viviendo.